En muchos casos los problemas de malos resultados escolares no son consecuencia de desinterés o falta de atención, sino de algún defecto visual que impide a los niños seguir el ritmo normal de las clases, hace que les cueste prestar atención o realizar sus tareas.
Para detectar estos casos es necesario prestar atención a algunos signos por ejemplo:
- Cruzar o entrecerrar los ojos.
- Dolores de cabeza.
- Frotarse los ojos a menudo.
- Problemas para enfocar.
- Sensibilidad ante la luz.
- Movimiento anormal de los ojos.
- Lagrimeo o enrojecimiento crónico de los ojos.
- Sentarse muy cerca de la televisión.
En caso de que detectemos claramente alguna anomalía visual es importante contar con el asesoramiento del óptico-optometrista, para encontrar la mejor solución a los trastornos. Como regla general es recomendable una revisión completa por un especialista de la salud visual de los niños.