Beneficios de la música en el desarrollo de los niños

¿Conoces los beneficios de la música en los niños? Te lo contamos en el Blog de Medical Óptica Audición

Los seres humanos estamos expuestos continuamente a la música, ya sea en películas, celebraciones, fiestas, al entrar a una tienda o ascensor, al viajar en autobús o simplemente en nuestra propia casa, por placer. Y es que la música forma una parte importante de nuestras vidas incluso desde antes de nacer, es un medio de expresión universal que ha demostrado tener numerosos efectos positivos en el desarrollo humano, especialmente durante los primeros años de vida. 

La música es una disciplina fundamental para el desarrollo de los niños debido a las múltiples ventajas que ofrece, como ayudar al desarrollo cognitivo, motor, social, emocional y del lenguaje. Una formación musical completa durante la infancia traerá consigo beneficios no solo durante la edad adulta, sino también en la vejez. 

Hoy celebramos el día del niño y desde Medical Óptica Audición queremos recordar la importancia de la música durante los primeros años de vida de los más pequeños, haciendo hincapié en el impacto que tendrá a lo largo de toda su vida. 

La música, una herramienta para el futuro

Diversos estudios han demostrado que la música activa varias partes del cerebro simultáneamente y que genera una gran cantidad de actividad neuronal, fomentando el crecimiento intelectual. Sabemos que en los fetos el oído se desarrolla aproximadamente a las 16 semanas de gestación y que a partir de los 6 meses estos son capaces de distinguir la lengua materna de otros estímulos sonoros. 

Pero, ¿cuál es el verdadero impacto de la música en los niños? ¿Realmente puede marcar la diferencia? ¿Cualquier género musical tendrá el mismo efecto? 

Estar expuestos a música, preferiblemente clásica, durante la infancia tiene efectos positivos. Haber estudiado de forma consistente un instrumento musical durante varios años entrena el oído, el sentido del ritmo y se materializa en mejores niveles de audición cuando se llega a la vejez. 

Al igual que la lectura tiene grandes beneficios para nuestro cerebro, ya que refuerza los tejidos cerebrales, estimulándolos y ayudando a prevenir patologías como el Alzheimer, la música ha demostrado ser beneficiosa para la salud auditiva de las personas.

Un estudio publicado en la revista The Journal of Neuroscience ha observado que aquellos ancianos que han tenido un contacto importante con la música durante la niñez, ya sea tocando un instrumento o recibiendo formación musical, son un 20% más ágiles a la hora de identificar sonidos del habla. Asimismo, los cerebros de las personas que participaron en el estudio ofrecían, además de rapidez, representaciones mucho más detalladas, claras y precisas de los estímulos sonoros. 

La capacidad de comprender el habla es una función cognitiva que disminuye con la edad, por lo que con este estudio ha quedado demostrado que una formación musical durante la infancia puede prevenir la pérdida de habilidades auditivas y lingüísticas durante la vejez. 

Según el estudio, empezar a estudiar música antes de los 14 años y continuar su práctica a lo largo de varias décadas fortalece y entrena el cerebro, y contrarresta el deterioro propio de la edad. 

Este ha sido uno de los hallazgos más significativos en este sentido. ¿Una vida de entrenamiento musical puede compensar las disminuciones en las funciones cognitivas y neuronales relacionadas con la edad? En efecto, en los últimos años han surgido evidencias que sugieren que los músicos tienen sistemas nerviosos distintos a los que no han practicado música, posiblemente debido a la plasticidad derivada de un entrenamiento constante. 

Los efectos positivos de la música en los niños

Asimismo, entre las principales ventajas de la música durante la infancia, encontramos que:

  • Fomenta la creatividad y la imaginación: la música estimula las regiones del cerebro especializadas en habilidades visuales y sonoras, de la imaginación y los sentimientos. Todo ello enriquece la mente y ayuda a potenciar la creatividad. Enfrentarse a esta disciplina artística también hace que se desarrolle el mundo interior del niño.  
  • Fortalece la concentración, la atención y la memoria: al escuchar música se ejercita que el cerebro centre la atención en varios sonidos simultáneamente. Si se practica un instrumento como la guitarra, el violín o el piano, se desarrollará la capacidad de memoria, coordinación y concentración.
  • Mejora la psicomotricidad: la música es una composición de sonidos ordenados que se armonizan, por lo que seguir un determinado ritmo, ya sea bailando o teniendo que interpretar una pieza instrumental, requiere de coordinación, lo que mejora el desarrollo psicomotriz. Esto aumentará el rendimiento físico, desarrollará el equilibrio, reducirá el estrés y provocará un sueño más profundo y de mejor calidad. 
  • Mejora la percepción auditiva: la afinación es una parte importante de la música. Las diferencias de tonalidades y entre notas graves y agudas entrenan el oído del niño, que empezará a diferenciar los distintos sonidos. El tímpano se educa y empieza a madurar, mejorando el sistema auditivo y permitiendo percibir emociones a través de este lenguaje abstracto. 
  • Refuerza el lenguaje: el desarrollo lingüístico está estrechamente ligado a la formación musical, por lo que gracias a la música los niños tendrán una mayor fluidez de expresión. También cabe mencionar que el niño tendrá mayor facilidad para reproducir frases complejas al seguir un ritmo y una melodía que en otros contextos no utilizaría. 
  • Mayor facilidad para la resolución de problemas: entrenar la mente a través de la educación musical aumenta la capacidad de comprensión de operaciones matemáticas, por lo que el niño encontrará soluciones a problemas matemáticos complejos y de lógica.
  • Mayor control de los estados de ánimo: tanto para niños como para adultos, la música es una herramienta que nos divierte y nos relaja. Esto nos ayuda a gestionar la emociones, y a tener un mayor control sobre nuestros estados anímicos. 
  • Enriquece el intelecto: la música es una disciplina que activa simultáneamente casi todas las áreas del cerebro. Practicarla es un entrenamiento estupendo para trabajar varias habilidades sin renunciar a divertirse.
  • Aumenta el autoestima: al igual que en otras áreas, tener que enfrentarse a desafíos, lograr superarse a sí mismo, aprender un concierto de cierta complejidad o conseguir buenos resultados tras haberse esforzado es un incentivo para seguir y para definir el carácter. Enfrentarse a tareas de dificultad media o alta y descubrir la importancia de la perseverancia son lecciones que reforzarán el autoestima y la imagen propia. 

¿Cualquier música vale?

Cuando hablamos estrictamente del desarrollo de los niños, no cabe duda de que la música clásica es la más indicada. No es cuestión de gustos, sino que la música clásica se caracteriza por ser un recurso armónico mucho más complejo que aporta mayores beneficios que otros géneros como el pop, el jazz, el indie o el rock and roll, en los que predominan aspectos como el ritmo o la letra. 

Para obtener los mejores resultados, acude a los grandes compositores de la historia de la música: Mozart, Bach, Beethoven, Verdi, Liszt, Tchaikovsky, Vivaldi, Chopin y muchos otros. Entrena la mente y deleita los sentidos de los más pequeños de la casa con la música de la mejor calidad, siempre a un volumen adecuado, especialmente si se usan auriculares, para prevenir problemas como pérdida auditiva.

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