13 ruidos cotidianos que pueden dañar tu audición

Ruidos que provocan pérdida de audición

Cada 3 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Audición, fecha escogida por el parecido del 3-3 con dos orejas. Y como cada año, lo celebramos poniendo el foco en la importancia de una escucha segura y una prevención a tiempo que garantice una buena audición durante toda la vida. 

El lema marcado por la OMS este año aboga por la integración del cuidado del oído y la audición en la atención primaria, es decir, entre los médicos y trabajadores de la salud. Desde Medical Óptica Audición estamos de acuerdo con que estar informados, hacer una buena prevención y buscar ayuda a tiempo son herramientas clave para conservar una buena salud auditiva. 

Por eso, en homenaje a esta fecha señalada en nuestros calendarios, desde nuestro Blog queremos crear conciencia en la comunidad acerca de la exposición a los 13 ruidos cotidianos más dañinos para nuestra audición, y qué hacer en cada caso. ¡Empezamos!

Actividades cotidianas que te exponen a ruidos que pueden provocar pérdida auditiva

Nuestro ritmo de vida actual está marcado por el frenesí, el ruido y la instantaneidad. Atravesamos la era más ruidosa de la historia de la humanidad. Según el informe sobre ruido de la AEMA, se estima que cerca de un 20% de la población europea está expuesta a ruidos elevados y perjudiciales para los oídos, que provocan dolor, estrés y perturban el sueño. 

¿Sabías que… el tráfico rodado es la principal fuente de contaminación acústica en Europa?

Según la CDC, 1 de cada 5 adultos entre 20 y 70 años ha sufrido daños auditivos irreparables debido a la exposición a ruidos fuertes. Todos sabemos que un ruido fuerte como una explosión o un disparo puede causar una pérdida auditiva inmediata e irreversible. Sin embargo, la exposición repetida a sonidos moderadamente fuertes también puede provocar pérdida auditiva. 

A continuación te enumeramos los ruidos que escuchamos en nuestro día a día que superan el umbral de ruido saludable para nuestro oído: los 65 dB. Recuerda que una exposición prolongada y reiterada a estos ruidos afectará el sistema auditivo.

13. Alarma del móvil: 75 dB

El despertador, la televisión a un volumen alto o incluso una batidora común emiten sonidos que alcanzan e incluso pueden superar los 75 dB. Muchas veces el miedo a llegar tarde o directamente a no despertarse nos motiva a poner alarmas a todo volumen y con tonos estridentes o difíciles de ignorar. 

Para mejorar tu calidad de vida, te recomendamos que pruebes una alarma (o alarmas si eres del #TeamVariasAlarmasSeguidas) a un volumen moderado y con un tono calmado. Además de cuidar de tu salud auditiva, evitarás disparar la presión sanguínea, los niveles de cortisol y el ritmo cardíaco nada más despertar. 

12. Una conversación alta en oficinas: 80 dB

En los entornos laborales con mucho ruido como fábricas industriales, la normativa de prevención de riesgos laborales obliga a utilizar paneles acústicos, cascos de protección y dispositivos que minimicen los efectos del ruido en los trabajadores. Pero, ¿qué pasa en trabajos con índices moderados de ruido? ¿Se tienen en cuenta? ¿Se analizan y controlan?

Lo cierto es que la mayoría de oficinas, sobre todo si se trata de oficinas abiertas, alcanzan a diario niveles de ruido que pueden producir daños auditivos, así como otras alteraciones como:

  • Falta de concentración
  • Estrés crónico
  • Un sistema inmunológico debilitado
  • Aparición de trastornos del sueño
  • Problemas de memoria y aprendizaje
  • Problemas cardiovasculares 

Para combatirlo, te recomendamos usar auriculares con cancelación de ruido, incorporar plantas o muebles que absorban el ruido, distribuir la oficina de forma estratégica para minimizar el ruido o utilizar paneles acústicos. ¿Y escuchar música mientras trabajo? Te contamos si deberías hacerlo o no en este artículo

11. El tráfico de las grandes ciudades: 85 dB

A pesar de que el ruido es uno de los mayores contaminantes de las ciudades modernas, a menudo se pasa por alto el elevado impacto que tiene en la salud de las personas. Además de afectar la audición, el ruido del tráfico de las grandes urbes aumenta la presión arterial, lo que está asociado a infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. 

¿Sabías que el claxon de un coche promedio alcanza los 115 dB?

Cuando no puedes huir del ruido del tráfico de la ciudad, utiliza dispositivos de protección auditiva como tapones o auriculares, excepto si vas conduciendo. También puedes tratar de evitar las horas puntas y las zonas muy transitadas, y te recomendamos hacer descansos frecuentes en los que no estés expuesto a ruido, en espacios en silencio o con niveles bajos de ruido. 

10. Cortacésped de gasolina, soplador de hojas o de nieve: 85 – 100 dB

Para protegerte de los niveles de ruido de estas máquinas, asegúrate de llevar protección auditiva como tapones, orejeras o cascos anti-ruido. Para tenerlos siempre a mano y recordar ponértelas antes de cada uso, guárdalos en el mismo sitio que el cortacésped o soplador de hojas o nieve.

9. El motor de una motocicleta o una lancha a motor: 90 dB

Tanto si eres fan de las motos como si trabajas como mensajero o repartidor, al ruido del motor de la moto se le suma el ruido que se genera por la fuerza del viento. Para combatirlo usa tapones; además, el casco de la moto insonoriza gran parte del ruido del motor y del viento, sobre todo si es un casco cerrado. 

Por su parte, el motor de las lanchas a motor y las motos de agua pueden alcanzar los 90 e incluso superar los 100 decibelios. Tras aproximadamente 15 minutos de exposición a este ruido, pueden darse lesiones auditivas irreversibles. Para evitar estos daños y disfrutar de unas vacaciones sin pérdida auditiva, te recomendamos usar tapones de espuma desechables cuando estés en el agua.

8. Trabajos de carpintería: 90-120 dB

La maquinaria empleada para las labores de carpintería, como motosierras o taladros eléctricos, alcanzan niveles de ruido de hasta 120 decibelios. En el caso de las personas que trabajan la madera, desde leñadores hasta carpinteros y fabricantes de muebles, además de para proteger el sentido de audición, los cascos y protección auditiva también evitan que el serrín y virutas de madera entren al canal auditivo.

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7. Partido deportivo: 90-140 dB

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A diferencia del tenis o el golf, los partidos de deportes como el fútbol o el baloncesto suelen ser bastante bulliciosos. En los estadios de fútbol, en ciertos momentos se puede llegar a alcanzar la pasmosa cifra de 140 decibelios (el equivalente a un disparo). La exposición a este nivel de ruido puede producir una pérdida de audición permanente al cabo de tan sólo 4 minutos. 

Si eres aficionado al fútbol o deportes poco silenciosos y sueles acudir a estadios a ver los partidos en vivo, te recomendamos usar tapones que amortigüen el ruido. Estar expuestos a este nivel de ruido puede producir una pérdida de audición permanente al cabo de tan sólo 4 minutos

En 2014, el público de un partido de fútbol americano de los Kansas City Chiefs alcanzó un nivel de ruido de 142,2 decibelios, llevándose el Récord Guinness Mundial al mayor ruido alcanzado por una multitud en un estadio deportivo. 

6. Escuchar música con cascos: 95 – 110 dB

Como norma general, si la música está lo suficientemente fuerte como para que la persona que está tu lado pueda oír lo que escuchas, e incluso identificar la canción, está lo suficientemente fuerte para causar daños en tu oído. Muchos móviles y dispositivos de música tienen un máximo de 110 dB, nivel que puede provocar lesiones auditivas al cabo de tan sólo 5 minutos. 

Utilizar auriculares internos o intraurales es especialmente peligroso porque el sonido penetra directamente al canal auditivo interno. Aunque no nos guste que nos lo recuerden, mantén el volumen de la música lo más bajo posible, preferiblemente por debajo del 60% del máximo, y no escuches música con cascos durante más de 1 hora al día. 

5. Pirotecnia: 110 dB

Los fuegos artificiales, petardos y similares no dejan de ser explosiones que producen una onda expansiva cuyas vibraciones pueden causar daños permanentes en las células ciliadas del oído interno, encargadas de la recepción del sonido y de enviar información al nervio auditivo. La muerte de estas células es irreversible, por lo que el daño auditivo es permanente. 

Las explosiones de pirotecnia son una de las principales causas de hipoacusia por trauma acústico agudo. Para disfrutar del espectáculo visual no es necesario escuchar las explosiones, por lo que en año nuevo o en fiestas donde abundan los petardos y los fuegos artificiales, te recomendamos usar tapones o algún tipo de protección auditiva, además de guardar una distancia prudencial.   

4. Concierto de música en directo: 110 – 130 dB

En el top 5 de los ruidos que más dañan la audición no podían no estar los conciertos de música. De media, los decibelios que se alcanzan en un concierto músical en directo oscilan entre los 112 y 127 decibelios. Incluso si se trata de música clásica, en ciertos momentos puntuales el nivel de ruido excederá el umbral máximo permitido: los 65 decibelios. 

Es imprescindible que los profesionales de la música, desde concertistas de orquestas sinfónicas, hasta grupos, DJ’s, técnicos de sonido o personal de discoteca, lleven una protección auditiva adecuada.

El tiempo de exposición al nivel de ruido de un concierto o una discoteca antes de la aparición de pérdida auditiva no llega a los 30 minutos. Para prevenir la pérdida de audición se recomienda no colocarse al lado de los altavoces y utilizar protectores auditivos con filtro acústico. Esta clase de tapones amortiguan el sonido, permitiendo escuchar la música a un volumen más bajo sin comprometer la calidad del sonido. 

3. Sirena de una ambulancia: 125 dB

A diferencia de la alarma del despertador, este es un ruido estridente muy necesario por motivos evidentes: notificar a los coches y peatones de que dejen libre el paso para llegar cuanto antes al destino. Si una ambulancia con la sirena encendida se detiene a tu lado, tu audición se puede ver comprometida en cuestión de minutos. 

2. Avión al despegar: 140 dB

Para que te hagas una idea de la magnitud de este ruido, un avión despegando genera el mismo ruido que 1000 aspiradoras a la vez. La fase más ruidosa del vuelo es durante el ascenso inicial, donde el avión debe ganar velocidad al mismo tiempo que altitud. 

Es más, a partir de los 130 decibelios se sobrepasa oficialmente el umbral de dolor del oído humano; es decir, estos ruidos, además de graves daños en el oído, causan dolor. 

Si te encuentras a 40 metros de un avión mientras despega, escucharás de lleno los 140 decibelios que produce. No es de extrañar que los operarios de las pistas de aterrizaje de los aeropuertos no se despeguen de sus cascos de protección.  

1. Caza o tiro al blanco: 140 – 175 dB

Y llegamos a la actividad “cotidiana” o relativamente cotidiana que encabeza nuestra lista. Las armas de fuego, ya sea en competiciones, actividades de caza o tiro al blanco son la causa más común de traumatismos de oído y pérdida auditiva permanente de alta frecuencia

Los rifles pequeños de calibre 22 producen alrededor de 140 dB, mientras que las pistolas y los rifles de gran calibre alcanzan los 175 dB. Si practicas actividades como la caza, es absolutamente esencial proteger tus oídos para evitar la pérdida auditiva. Los aficionados a la caza y actividades que implican disparos están versados en la materia, empleando protección como tapones personalizados para tiradores/cazadores, tapones electrónicos, orejeras y similares. 

En conclusión

Como has visto, nuestro oído interno es un órgano muy sensible que no está hecho para soportar los niveles de ruido a los que nos exponemos a diario. Cuida de tus oídos con una revisión auditiva anual. Desde Medical Óptica Audición ponemos a tu disposición nuestra experiencia y equipos de última tecnología para proporcionarte todos los cuidados que tus oídos necesitan. Recuerda que, para una prevención a tiempo, deberías revisar tu audición como mínimo una vez al año. Pide cita en tu centro más cercano y ponte en manos de profesionales.

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