Cómo actúa el colirio que nos receta el oftalmólogo

Cuando vamos al oftalmólogo nos suele recetar un colirio de manera muy habitual. Los colirios son una disolución acuosa junto con un principio activo. Pero si el ojo está preparado para que no entre ni polvo, ni ningún elemento externo. ¿Cómo es posible que el colirio haga su función?

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Partes del ojo humano.

El ojo está compuesto por varias partes que según la teoría están aisladas del exterior. Algunas partes que todos conocemos, aunque sea solo por el nombre, son: la retina, el cristalino o el humor acuoso. Pero hay una parte que sí que está expuesta. ¡La superficie del ojo!

Rápidamente explicado. La superficie ocular, está formada por la conjuntiva, la córnea y el el lagrimal. Está recubierta por una película líquida muy fina que cubre estas partes al mismo tiempo.

Pero, ¿cómo se pueden tratar los problemas oculares? Los oftalmólogos tratan a la parte superficial del ojo como si fuera una parte de la piel. Y es que esta superficie está en contacto directo con el exterior. Sí, lo has leído bien. La mayoría de los problemas oculares son en esta parte del ojo, la de fuera. Por tanto, no es necesario que los productos químicos entren más en profundidad. 

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Los productos médicos no necesitan introducirse en el globo ocular.
Al igual que ocurriría si fuese una herida en la superficie de la piel.

Si nos paramos a pensarlo un momento. Los productos como las lágrimas artificiales no necesitan que entren en contacto con los tejidos más internos. Y es que, de qué gran ayuda son para los momentos de ojos secos. La sequedad se trata hidratando entre la conjuntiva y la córnea.

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A esta forma de tratar la conjuntiva o la córnea, mediante disoluciones, es común que se le añadan principios activos antiinflamatorios, antibióticos o incluso antialérgicos. Como podemos darnos cuenta, el colirio cumple su objetivo sin necesidad de acceder a tejidos internos.

Hasta aquí, vemos que el medicamento en el que está disuelto el colirio, no tiene mucho recorrido hasta llegar a la córnea o la conjuntiva. 

Muchos colirios para cumplir su función, penetran un poco en la conjuntiva y en la córnea. Pero aunque la capa exterior de los ojos es la más superficial, y se puede comparar con la piel, no tiene exactamente el mismo funcionamiento.

La piel tiene varias capas de células de protección que son impermeables al agua. Y que además impiden el paso de moléculas de gran tamaño. Por otro lado, el ojo el medio es acuoso. Por ejemplo, nos encontramos con la película lagrimal, que se relaciona con la conjuntiva de manera directa.

Las células que están en contacto con la conjuntiva y la córnea están intercambiando sustancias con la lágrima en todo momento. 

Así que, al añadir una gota de colirio en el lagrimal su composición atraviesa muy fácilmente. Esto se debe por tener una relación tan estrecha entre las células de la córnea y la conjuntiva.

Mediante los colirios sólo profundizamos unos pocos milímetros en el interior de ojo. Esto es suficiente para alcanzar el humor acuoso. Pero en situaciones de problemas de retina, hay veces que es necesario introducir el medicamento mediante una inyección en el interior del ojo

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