La pérdida de audición en los jóvenes.

Los jóvenes están actualmente expuestos a una pérdida de audición no recuperable. El motivo de esta pérdida de audición es el mal uso de los dispositivos de emisión de sonido, y  que han llegado a convertirse en hábitos sociales permitidos.

El riesgo de quedarse sordo de uno de los oídos es moderado pero el riesgo de pérdida de audición es muy elevado.

Cada vez más jóvenes, notan que sonidos de baja intensidad que no hace tanto podían oír, ahora les cuesta percibirlo o sencillamente ya no lo perciben.

La Organización Mundial de la salud y otras fuentes asociadas plantean que un 25% de la población con edades comprendidas entre los 18 y 44 años padece una pérdida de audición leve o media y que podría haber sido evitada con una prevención y buenos hábitos de cuidados auditivos.

En este video Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) nos explica la importancia de cuidar nuestros oídos de los ruidos intensos.

La tolerancia a sonidos de alta intensidad durante periodos de tiempo prolongados por tiempos superiores a 90 segundos, provocan alteraciones en la membrana del tímpano de manera temporal. Si la exposición en el tiempo es superior la posibilidad de rotura o microperforación en el tímpano se hace presente.

El alto sonido emitido por altavoces de más de 130 Db puede ser igual de peligroso que los auriculares que superen los 80 decibelios. Aunque la onda no se propaga más allá del propio oyente, es habitual que en las ciudades los jóvenes, lleven el sonido superando esta medida, ya que el propio tráfico de las ciudades suele superar esta medida y desean aumentar el volumen para poder oír cómodamente.

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Esta espiral de aumento del sonido para encubrir el sonido ambiente de la ciudad es una peligrosa decisión que conlleva que en la actualidad, la pérdida de audición se haya trasladado de la edad media de los 62 años a los 41 en entornos no rurales.

Además del mal uso que se le pueden dar a los auriculares o la exposición prolongada a altos decibelios, la alimentación es uno de los factores que afecta al correcto desarrollo y funcionamiento del sistema de audición.

La primera de ellas es la relación que existe entre la obesidad en periodo de la adolescencia y la pérdida de audición; cuando la masa corporal se sitúa en un margen superior al un percentil 95.

El crecimiento óseo y hormonal es responsable de que las bajas frecuencias pasen desapercibidas según el Centro Médico de la Universidad de Columbia. cuando el adulto en su infancia y adolescencia sufrió de obesidad en algún grado.

La otra situación que provoca la pérdida de audición es la falta de una dieta equilibrada, o deficiente en vitaminas del grupo B y en especial las pertenecientes al grupo B5. Te recomendamos nuestro artículo que comenta como la vitamina B beneficia en el envejecimiento auditivo.

En personas de edad avanzada, puede parecernos un síntoma de normalidad en cuanto a la pérdida de audición, pero la juventud y sus prácticas de erosión sobre los conductos auditivos, están haciendo que que esta pérdida de audición se avance como nunca antes había sucedido.

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