¿Qué es la baja visión?

La Baja Visión provoca una disminución de la agudeza visual (inferior a 0,3), que es la capacidad de percibir, detectar e identificar objetos; y también una reducción del campo visual (inferior a 30 grados de amplitud), que es el ángulo del espacio que el ojo puede captar.

Sin embargo, la baja visión no es un defecto visual en sí mismo sino que engloba diversos problemas visuales con orígenes o causas muy diversas pero que generan efectos similares, ya que afecta a nuestra agudeza o campo visual. Algunos de estos causantes pueden ser cataratas, degeneración macular, glaucoma, retinosis pigmentaria, etc.

Este tipo de patologías no pueden corregirse mediante las gafas graduadas habituales, o las lentillas, por lo que debemos aprender a potenciar el resto visual que nos queda, es decir, la capacidad visual de la que aún disponemos.

Aunque la causa más común de baja visión es la edad, no debe descartarse que esta limitación visual pueda afectarnos en otros momentos de nuestra. Por esta razón, el objetivo principal de las ayudas de baja visión es potenciar y aumentar el resto visual que aún tenemos para que podamos seguir disfrutando de nuestra vida, familiares y amigos.

Debido a que la Baja Visión puede estar causada por varias patologías como cataratas, degeneración macular, glaucoma o retinosis diabética, es esencial detectarla a tiempo para tomar soluciones de manera rápida y eficaz, ya que cuanto más esperemos, más se verá afectada nuestra vida familiar y social.

Algunos de los síntomas que podemos  notar, tanto en nosotros como en las personas que nos rodean, son:

  • Pérdida de la agudeza visual, o la capacidad de distinguir objetos.
  • Pérdida del campo visual, o del espacio que alcanzamos a ver.
  • Dificultad para realizar tareas cotidianas como pasear por la calle, leer, cocinar, ver la televisión, conducir, trabajar, etc.
  • Sufrir deslumbramientos con luz que antes no nos afectaba.
  • Dificultad para identificar colores.
  • Pérdida parcial de visión o vacíos en el campo visual. 
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Si notamos en nosotros mismo o en las personas de nuestro entorno alguno de estos síntomas, es fundamental acudir a un centro óptico para realizarnos un completo chequeo visual y salir de dudas, ya que detectar estos defectos visuales a tiempo es vital para corregirlos de la manera más eficaz posible.

No debemos dar por perdida nuestra visión, sino que debemos aprender a utilizar el resto visual que aún tenemos para seguir disfrutando de nuestra vida, familiares y amigos.

Baja visión

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