¿Alguna vez has tenido que apartar ligeramente el móvil, un libro o cualquier otro objeto para leer lo que en él pone? Si es así, deberías ir pensando en hacerte con unas
.
Hay usuarios que nunca han utilizado gafas pero que a partir de los 40-45 años empiezan a darse cuenta de que su vista se deteriora, en especial en la visión en distancias muy cortas. Para este perfil, mientras no haya problemas de visión a mayor distancia que obliguen al uso de gafas progresivas o bifocales,
Los
síntomas que pueden ser signo de la necesidad de utilizar gafas de lectura pasan por la tener que alejar la superficie a leer, la aparición de dolores de cabeza tras haber estado durante un rato largo leyendo o realizando tareas con objetos muy cercanos o simplemente, borrosidad en la vista a muy corta distancia.
Diferencias entre las gafas de lectura y las gafas de luz azul
Es habitual que las gafas de lectura se puedan confundir con las
gafas de luz azul, también conocidas como gafas de ordenador. En cambio, hay importantes diferencias entre ambas, empezando por la distancia para las que son útiles. Nadie mira a una pantalla tan de cerca como miramos un libro o un móvil. Con la pantalla mantenemos una mayor distancia, y es por ello que unas gafas de lectura
no serían útiles para trabajar frente a un ordenador, porque su uso está orientado a una distancia más corta.
Más allá de la distancia de uso óptima, las gafas de luz azul o de ordenador incorporan un filtro que impide que la luz azul emitida por los dispositivos digitales pueda llegar a la retina, evitando los daños que causa esta luz a largo plazo. Igualmente,
en unas gafas de lectura también se puede incorporar un filtro de luz azul, aunque las gafas de lectura preconfiguradas que puedes encontrar en farmacias no tienen porqué incorporar el filtro de luz azul, que sería útil por ejemplo si necesitas las gafas de lectura para manejar el móvil.
¿Puedo graduar unas gafas de lectura?
A la hora de comprar unas gafas de lectura,
seleccionar la graduación correcta es imprescindible. Si no lo haces, estarías usando unas gafas que no son las adecuadas para tu vista, por lo que no verías correctamente y además podrían provocarte fatiga o incluso dolores de cabeza.
Las gafas de lectura habitualmente se encuentran con saltos de 0,5 dioptrías, empezando desde 1 y llegando en ocasiones hasta 4. El problema es que muchos usuarios que acuden a una farmacia a por unas gafas de lectura se prueban allí mismo las gafas, adquiriendo las que mejor resultado, a priori, parece que dan. No es así cómo se deberían elegir unas gafas de lectura, que
debería basarse en los datos obtenidos de un examen de salud visual reciente.
Unas gafas de lectura predefinidas pueden ser útiles, siempre que conozcas tu graduación y las compres acorde a ella, pero
la solución perfecta pasaría por unas gafas de lectura hechas a medida. Ya no solo porque tengas la graduación correcta, si no porque unas gafas predefinidas tienen el centro óptico de las lentes en un lugar (el centro exacto) que puede no coincidir con el centro de la pupila. Acércate por una de
nuestras tiendas para conseguir tus gafas de lectura personalizadas.